Andorra es un rincón casi perdido entre España y Francia, más conocido por muchos por ser un paraíso fiscal y una estupenda estación de esquí. Este diminuto principado situado en los Pirineos orientales está surcado por montañas, ríos serpenteantes y valles. A muchos os podrá parecer pequeño, sin embargo para otros es la mejor estación de esquí de todos los Pirineos, por lo que es ideal para esquiar.
Andorra es una antigua nación, fundada por Carlomagno, que la conquistó a los musulmanes en el año 803. Carlomagno la usó como barrera de protección ante los musulmanes que pretendían entrar en Francia. Un siglo más tarde, el nieto de Carlomagno, Carlos fue nombrado Conde de Urgell y soberano de Andorra. La familia Urgell entregó las tierras a la diócesis de Urgell, bajo la atenta mirada del obispo de la Seu de Urgell.
En el siglo XI el obispo se colocó bajo la protección de un noble español, el Señor de Caboet, porque temía un ataque militar de los señores vecinos. Sin embargo, un noble francés, el conde de Foix, se casó con un miembro de la familia de los Caboet, con lo que se acabaron los posibles ataques. Sin embargo, esto desembocó en una disputa entre el noble francés y el obispo por hacerse con el dominio de Andorra.
Finalmente, en 1278, como resultado de los Paretages, las actas del señorío mixto, las escaramuzas entre los condes y los obispos de Urgell por el control de los valles circundantes llegaron a su fin, cuando el obispo de la Seu de Urgell y la casa francesa de Foix firmaron la co-soberanía.
Este reparto de poder en un pequeño punto del país llegó finalmente a su fin en 1993, cuando Andorra se convirtió finalmente en un estado independiente, con su propia constitución. Hoy en día, el principado de Andorra ofrece un clima muy agradable. En invierno cae la suficiente nieve como para poder esquiar, y en verano no hace tanta calor para hacer el mejor turismo rural.
Con su larga historia hispano-francesa, es curioso, pero los andorranos hablan catalán como lengua oficial, y su gastronomía tiene también una fuerte influencia catalana. La capital es la pequeña Andorra la Vella, situada en la quebrada de un valle. Su vida nocturna es muy interesante, con bares, restaurantes y salas de fiesta.